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Científicos están trabajando para extender la vida de los perros grandes

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La empresa biotecnológica Loyal, con sede en San Francisco,  Estados Unidos, está trabajando en el desarrollo de un fármaco experimental que busca extender la vida de las razas caninas grandes y gigantes. La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE UU (FDA) ha otorgado una «expectativa razonable de eficacia» al fármaco, lo que indica la confianza de la agencia en el enfoque de Loyal. Se espera que pronto se realice un ensayo de mayor envergadura para probar la eficacia del medicamento.

Según estudios previos, existe una relación inversa entre el tamaño de un perro y su esperanza de vida. Las razas de perros grandes, como los perros de montaña de Berna y los Gran Daneses, tienen una esperanza de vida de aproximadamente seis a ocho años, mientras que los perros más pequeños, como los corgis y los chihuahuas, pueden llegar a vivir hasta 15 años y dos décadas respectivamente.

El objetivo de Loyal es cerrar esta brecha y permitir que los dueños de perros grandes disfruten de más tiempo con sus mascotas. Celine Halioua, directora ejecutiva de la empresa, afirma que es desgarrador para las personas que sus perros no vivan tanto como quisieran. Halioua argumenta que la diversidad de tamaños en los perros no es natural, sino el resultado de la cría selectiva realizada por los humanos para cumplir con ciertos estándares físicos o habilidades específicas. Sin embargo, en promedio, los perros mestizos tienen una esperanza de vida más larga que los de raza pura.

Aunque no se ha aprobado ningún fármaco para prolongar la vida en humanos o animales, Loyal se encuentra en una posición novedosa y prometedora. Su fármaco experimental consiste en una inyección que se administra cada tres o seis meses y tiene como objetivo reducir los niveles de la hormona IGF-1, relacionada con el crecimiento y el metabolismo. Los perros grandes tienen una variante genética que causa niveles elevados de IGF-1, mientras que los perros pequeños tienen una variante diferente que resulta en niveles más bajos.

Estudios anteriores han demostrado que inhibir esta hormona puede aumentar la esperanza de vida en algunas especies como gusanos, moscas y roedores. En humanos, tanto niveles muy altos como muy bajos de IGF-1 están asociados con un mayor riesgo de mortalidad, mientras que un rango medio se relaciona con una menor tasa de mortalidad.

Para determinar el impacto del fármaco en la esperanza de vida de los perros, la empresa tiene planeado realizar un estudio a mayor escala en 2024 o 2025


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