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Regional

En el fútbol femenino de los Juegos, el balón siempre a Ana Milé

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Si no es sufriendo, no se vale. Ese parece ser el lema de Risaralda en el fútbol femenino de los Juegos Nacionales. Clasificación de último minuto para llegar a semifinales y definición por penaltis para ir por el oro.
 
Y por segunda vez consecutiva, Ana Milé González anotó el gol del empate, forzando así la definición desde los 12 pasos y llegar a la final, algo impensado cuando otros favoritos se fueron quedando en el camino.
 
Con tan solo 18 años, ha participado 12 veces en campeonatos nacionales y ha sido llamada a nueves microciclos de la selección Colombia. Por algo es la futbolista más influyente de su equipo en lo que va de los Juegos Nacionales.
 
“Me siento muy feliz, muy orgullosa de representar a mi departamento. Siento una responsabilidad muy grande de tener la capitanía, pero pienso que la he portado de la mejor manera y gracias al trabajo conjunto hemos crecido como equipo”, afirma.
 
Vive en la Avenida del Río con su mamá Mariluz González; un abuelo; su hermana; dos tíos y un primo. Su progenitora la acompaña en cada partido y no deja de alentarla para que siga cumpliendo sus sueños.
 
“Para mí es un orgullo infinito. Mi niña ha luchado toda su vida por esto y gracias a Dios se dio. Yo la apoyo mucho. Me siento la mamá más orgullosa del mundo, la amo mucho, es mi motor”, señala Mariluz González Herrera.
 
Inició su proceso deportivo en el club Andrés Escobar, donde solo jugaba con niños y con el pasar del tiempo continuó en Atlético Dosquebradas, de la mano de Carlos Ariel Osorio, actual técnico del Deportivo Pereira femenino y convocado como asistente técnico de la selección Colombia Sub 20.
 
Su mayor paso en el fútbol femenino lo hizo el 19 de febrero del 2022 en el estadio El Campín de Bogotá cuando debutó contra Santa Fe, triple campeón de la liga profesional, jugando con el Deportivo Pereira, el equipo de sus sueños.
 
Ha tenido la responsabilidad en varias ocasiones de ponerse al frente del equipo y demostrar que puede motivar al resto de sus compañeras. Contra Santander tuvo la jerarquía de cobrar el penal del empate y frente a Antioquia sucedió lo mismo. Se puso la 10, la que ha usado hace varios años y definió fuerte al palo derecho de su adversaria.
 
Se viene el reto más grande y es quedarse con la medalla de oro. Ana Milé y todo el equipo están marcando un antes y un después en el fútbol femenino risaraldense. Llegó la hora de confirmarlo en el podio.
 
“Para mí el fútbol de mi proyecto de vida, es mi pasión, amo lo que hago y me ha dado los momentos más felices de mi vida”, finalizó. Y todavía puede sumarle algo memorable este jueves en el Hernán Ramírez Villegas.
 


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