En Colombia
Patrullera que se suicidó había manifestado depresión por el trabajo
El pasado martes la patrullera Ludy Marcela Granados, de 22 años, se habría disparado con su arma de dotación en una de las oficinas de la fiscalía en Bogotá, ubicada en la carrera 33 con calle 18.
La uniformada salió de una reunión con su jefe inmediato, posteriormente se dirigió a la oficina y de manera sorpresiva decidió quitarse la vida. El director de la Policía Nacional, general Henry Sanabria, defiende los resultados de las investigaciones preliminares que indican que se trató de un suicidio.
“Previamente esta joven había manifestado a un amigo que se encontraba bastante deprimida y aburrida por un tema asociado a la carga laboral”, detalló el general Sanabria.
La versión de las autoridades indica que cuando la patrullera se disparó, un policía trató de arrebatarle el arma de fuego para que no se continuara agrediendo. “La investigación arroja a que fue un suicidio”, reiteró el director de la Policía.
Sanabria indicó que no hay cámaras de seguridad en el lugar, pero que sí hay varios uniformados como testigos del suicidio. Respondió a los familiares que han indicado que se habría tratado de un asesinato: “Infortunadamente ellos no estaban en el lugar de los hechos, los policías sí y se dieron cuenta de la autolesión”, señaló.
Por último, el general Sanabria indicó que la joven hizo parte de los grupos policiales que se incorporaron durante la pandemia de la COVID-19, por lo que no tuvieron una actividad presencial. “Buscamos a través de una evaluación sicológica determinar las causas que motivaron este hecho”, concluyó el director de la Policía