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Rusia cortó el gas a Polonia y Bulgaria en medio de la guerra en Ucrania
Rusia decidió cortar este miércoles el suministro de gas a Polonia y Bulgaria, miembros de la OTAN y la UE, después de una reunión de Estados Unidos y sus aliados occidentales en Alemania para intensificar la ayuda militar a Ucrania.
El conflicto de más de dos meses corre peligro de extenderse más hacia el oeste de Europa tras varias explosiones en la región moldava de Transnistria, fronteriza con Ucrania y ocupada por las fuerzas de Moscú durante décadas.
Estos sucesos, ocurridos después de que el Kremlin advirtiera de una presunta opresión de los rusoparlantes en Moldavia, generaron temores en varios países occidentales de que Moscú busque expandir su invasión a esta antigua república soviética.
«Rusia quiere desestabilizar la región de Transnistria», escribió en Twitter Mijailo Podoliak, asesor del presidente ucraniano Volodimir Zelenski. «Si cae Ucrania,mañana las tropas rusas estarán a las puertas de Chisináu», la capital moldava, añadió.
Principal proveedor de hidrocarburos al mercado europeo, Moscú ha usado esta condición para ejercer presión sobre la Unión Europea que, por ahora, solo ha impuesto un embargo sobre el carbón, pero no sobre el gas y el petróleo.
Esta debilidad quedó manifiesta el martes, cuando el gigante energético ruso Gazprom anunció a Polonia y Bulgaria que cortaría sus envíos de gas a partir del miércoles a pesar de los contratos vigentes con estos países.
Bulgaria, casi dependiente por completo de Rusia para su suministro de gas, aseguró que había llevado a cabo «acciones para encontrar acuerdos alternativos para el suministro» y que «por el momento» no restringiría el consumo.
La energética polaca PGNiG también confirmó el cierre a partir del miércoles, aunque su primer ministro afirmó que las unidades de almacenamiento de gas estaban al 76% de capacidad y que disponían de otras fuentes de suministro.