Este es el lugar más frío de la Tierra, según un descubrimiento de la NASA

La NASA vuelve a dar de qué hablar luego de realizar una publicación en su fan page de Facebook en la que bromearon acerca del lugar “más frío” para pasar las fiestas decembrinas. Así las cosas, comentaron que, con ayuda de satélites, encontraron que este punto se encuentra en una cresta alta en la meseta antártica oriental.

De acuerdo con los expertos, las temperaturas podrían llegar a descender por debajo de los 92°C Celsius en una noche despejada de invierno, siendo ampliamente más baja que la registrada anteriormente.

Por otra parte, los científicos del Centro Nacional de Datos sobre la Nieve y el Hielo analizaron los mapas de la temperatura terrestre más actualizado hasta la fecha con ayuda de sensores MODIS del satélite Aqua y el sensor TIRS del Landsat 8, un proyecto junto que adelantando junto al Servicio Geológico de Estados Unidos.

Ahora bien, la temperatura más baja registrada por los satélites se ubicó en -93,2 °C. Sumado a esto, ya en el caso puntual de la cresta, las temperaturas podrían descender hasta 135ºC bajo cero en noches de invierno, según comentó la NASA. Incluso, en ese punto, la gasolina termina por congelarse. 

Por otra parte, el récord anterior en esta medición se lo llevó en 1983 la estación rusa de investigación Vostok, en la Antártida Oriental, con una temperatura de -89,2 °C. 

Muchos no sabían que la NASA dio a conocer por primera vez el hallazgo del punto más frío del planeta en 2013 y la meseta siguió manteniendo ese particular récord cada año desde entonces. Así las cosas, desde el National Snow and Ice Data Center (NSIDC) reiteraron que la meseta antártica oriental sigue siendo el lugar más frío del mundo tras estudiar detenidamente los datos de varios satétiles que se han reunido a lo largo de 32 años. 

“Cerca de la alta cresta que va desde el domo Arugs hasta el domo Fuji, científicos encontraron huecos que han caído en picado a temperaturas bajas récord en repetidas ocasiones”, comentaron desde la NASA. 

Los científicos atribuyen las peligrosas temperaturas de la meseta de la Antártida a una combinación de aire “estacionario durante largos períodos, mientras continúa irradiando más calor hacia el espacio”.

En este caso, se ubica al noroeste de Siberia, donde las temperaturas llegan hasta los -90 °C en las ciudades de Verkhoyansk (en 1892) y Oimekon (para 1933).