El niño de 12 años que se convirtió en uno de los criminales más buscados de Cali

La Policía recorre las calles de las laderas de Cali tras la pista de uno de los criminales más buscados de la ciudad. Su persecución ha sido incansable: hurtos, porte ilegal de armas y lesiones personales lo convirtieron en el más temido de los habitantes de esta deprimida zona.

Para proteger su identidad lo llamaremos ‘Andrés’, quien desde su llegada de Bucaramanga, ciudad en la que nació, recorrió las calles de la capital del Valle mientras su infancia se iba desmoronando. Poco a poco sus juegos de niño se transformaron en algo irreconocible.

Según la Policía, en un parque del sector de El Vallado, el pasado 31 de agosto a las 10:00 p. m., ocurrió su primer homicidio. ‘Andrés’ asesinó a un menor de 15 años, su mejor amigo. Al parecer, la vida que le tocó vivir lo llevó a perseguir a quienes hasta hace unos años eran sus compañeros de juego.

Para el jefe de la Sijín de Cali era impensable imaginarse a un niño de 12 años con un arma, y mucho más pensar que pudiera quitarle la vida a otra persona, cuando se supone que debería estar jugando. 

Sin duda, el caso generó un dolor inmenso tanto a la familia de la víctima como a la de ‘Andrés’. Su abuela aseguró que cuando era más pequeño, a ella y a la madre les tocaba trabajar, por lo que, ante las constantes ausencias, el menor se descarriló.

‘Andrés’ hace año y medio se marchó de la casa de su abuela y en su alma algo se rompió el 6 de febrero cuando cometió su primer delito. Ese día la Policía lo entregó al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar por atacar con un cuchillo a una persona e intentar robarle una motocicleta, sin embargo ese fue solo el comienzo de un penoso récord delictivo. La última vez que las autoridades lo dejaron nuevamente ante el ICBF fue el 10 de octubre, por el homicidio de un hombre de 48 años.

La Policía de Infancia y Adolescencia de Cali ha puesto al pequeño a disposición del Bienestar Familiar en siete ocasiones y siempre se escapa. Según las leyes colombianas, los menores de 14 años que cometen delitos no se pueden judicializar, por lo que deben ser entregados al ICBF para el restablecimiento de sus derechos.

Para el Estado colombiano estos menores no son victimarios sino víctimas, igual que para la familia de ‘Andrés’, que al tiempo preferiría que la ley funcionara diferente. La abuela teme por su vida y la del niño, pues asegura que han recibido amenazas y que en Cali no hay lugar seguro para ellos.

Este caso es tan solo un espejo de lo que sucede en la capital vallecaucana con los menores de edad. Las autoridades señalan que en las laderas de la ciudad convergen varias estructuras criminales que instrumentalizan niños y niñas para cometer delitos como homicidios, hurtos y tráfico de drogas. Una de esas bandas es conocida como ‘La 8’.