Las agudas cefaleas son una de las enfermedades más comunes de las personas alrededor del mundo, se pueden derivar de muchas causas, ya sea por estrés, golpes o incluso las dietas.

Los dolores de cabeza asociados a la migraña pueden sentirse como pálpitos o fuertes pulsaciones las los cuales se alojan en una parte de la cabeza, el dolor puede llegar a ser tan agudo que incapacita a quien lo padece.

Dentro las causas y efectos de esta enfermedad se encuentra la hipersensibilidad a la luz y al ruido, así como también náuseas y vómitos. Una persona diagnosticada con esta patología debe recibir controles permanentes por parte de un neurólogo para ir evaluando la manera en la que la enfermedad avanza y los posibles riesgos cerebrales.

Los alimentos pueden contener ciertos activos que si bien nos pueden ayudar favoreciendo a nuestro bienestar, hay otros que, por el contrario, pueden aumentar los riegos de enfermarse y contribuir a un deterioro temprano de vitalidad.

Es por eso que, los expertos recomiendan evitar estos alimentos para reducir las posibilidades de tener un episodio de migraña.

Café:

Aunque muchos de los medicamentos para la migraña contienen cafeína, los especialistas sugieren que en el día a día se eviten las bebidas negras, pues puede ser perjudiciales para aquellos casos en los que el paciente demuestren tener una mayor sensibilidad. Los medicamentos por su parte deben estar vigilados por un profesional que evalúe las posibles contraindicaciones de su ingesta.

Queso:

El queso es uno de los alimentos más comunes que acompaña a varias preparaciones, pero dentro de sus compuestos se encuentra la tiranina, una sustancia que promueve el dolor de cabeza.

Chocolate:

El nivel de la glucosa en la sangre aumenta en la medida en la que consumimos azúcar, si se consume en exageración el cuerpo no podrá regular estos niveles por lo que va a desencadenar varias molestias asociadas a la hiperglucemia y dolores de cabeza.

Alcohol:

Todos, o la inmensa mayoría hemos experimentado las fuertes molestias de cabeza producto de un estado de embriaguez anterior. Esto se debe principalmente a que el alcohol favorece a la deshidratación la cual resulta siendo una causa contundente para desarrollar dolores de cabeza.