Judicial
“Fueron directo a él; a mí no me miraron”, contó esposa de fiscal asesinado en Cartagena
Claudia Aguilera, esposa del fiscal antimafia Marcelo Pecci, asesinado en la isla de Barú, donde pasaban su luna de miel, regreso este jueves a Paraguay, y al llegar medios locales la esperaban a las afueras de la Base Aérea Silvio Pettirossi, en la ciudad de Luque, vecina a la capital Asunción.
Aguilera decidió hablar con un colega suyo, el periodista Óscar Lovera, de Unicanal. El periodista, le pidió consentimiento para comentar cosas que ella recordó sobre el asesinato de su esposo. Según el periodista, la viuda estuvo de acuerdo, pero reservó “otras cosas que evidentemente vamos a guardar por cuestión de seguridad”.
Lovera remarcó que Aguilera “sí quería que hagamos ese relato” de lo que sucedió ese día. “Ella cuenta, por ejemplo, lo cual es parte de la investigación, que el fiscal Marcelo Pecci tenía la costumbre, a partir de que se instalaron en el resort, de ir a reservar las sillas reposeras con mucha anticipación, debido a que ahí había muchos turistas que hacían lo mismo, para lo que uno tenía que ir a dejar algo, un objeto propio ahí para reservar”.
Esa mañana, siempre de acuerdo con el relato de Lovera, Aguilera “le había pedido [a Pecci] que no lo hiciera, que se sentaran a desayunar tranquilos”.
“Retornaron a la habitación y después de las 7:00 de la mañana, él finalmente fue a hacer esa reserva de las reposeras dejando [algo] ahí… Fueron e hicieron ese último día de playa, esas últimas horas de playa, y cuando llegaron las 11:00 de la mañana, ambos se habían parado, o él al menos se había parado como para entrar a caminar ahí sobre el mar un poco”, cuenta Lovera que le dijo Aguilera.
La versión de la viuda de Pecci difundida por Lovera sostiene que cuando el fiscal retornó de su breve caminata por la playa, “se sacudió un poco la tierra que tenía con la toalla, y, en ese momento, ocurrió el ataque. Todo fue muy rápido, relata Claudia”.
“[Los asesinos] Llegaron en una moto acuática”, le dijo la mujer a su colega, y confirmó que el hombre que se ve en la fotografía que difundió la Policía de Colombia “efectivamente es el tirador. Él es el que disparó el arma”. Ella estaba a dos metros de su esposo, aún en la reposera.
En su conversación, la mujer también recordó detalles del aspecto del homicida. “El hombre de tes oscura, de 1,78, que tiene sombrero, de una complexión física muy delgada, pero con los músculos muy marcados, así ella lo describe, extendió el brazo directamente hacia Pecci, percutió tres veces el arma”, agregó Lovera.
“Uno de los disparos lo recibió en el cuello, otro en un costado. Él cae tendido al suelo”, continúa Lovera, ofreciendo detalles del trágico momento que le reveló Aguilera. “Posteriormente, ella vuelve y dirige la mirada hacia ese hombre que iba huyendo, porque le costaba un poco entender todo lo que estaba pasando. Y la gente intentó, cuenta ella, que los turistas que estaban ahí intentaron de una u otra manera reaccionar porque ella escuchó que muchos dijeron ‘¡Atrápenlos! ¡Atrápenlos!’”.
Esa fue, según la versión de Aguilera ofrecida por Lovera, la razón por la cual el sicario volvió a disparar “para cubrir la huida”. “Sube a la moto acuática y huyen finalmente, tomándose el tiempo de ir a devolver esa moto donde la habían arrendado ese mismo día”, comentó Lovera. Todo eso ocurre en un lapso de 13 a 15 minutos, según lo que Aguilera le contó a su colega.
“Los estruendos no eran lo suficientemente fuertes. Por eso, no entendía ella. Pensó que era un juego, pensó que se trataba de atractivo turístico, porque al principio no sonaba como un arma. No supo describir qué tipo de detonación fue”, prosiguió Lovera, reproduciendo el estremecedor relato de la viuda del fiscal.
Aguilera solo se percató de la magnitud de lo que había pasado “cuando ve la sangre”, dijo Lovera, y después reprodujo literalmente una expresión de la viuda de Pecci que hace presumir a los investigadores que el objetivo predeterminado siempre fue el fiscal Pecci: “Ellos fueron directo a él. A mí no me miraron”.